El gran valor de nuestros
Emprendimientos Sostenibles
¿De qué hablamos cuando hablamos de Ecología integral y Economía circular; de Producción, Consumo y Posconsumo sostenibles; de ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible); de Empresas de Triple Impacto, Empresas B? ¿Por qué no hablamos también de Emprendimientos sostenibles y/o Emprendimientos de triple impacto?
En este artículo queremos destacar la
gran importancia del impacto positivo de los Emprendimientos, por más Micro o
Pequeños que sean o parezcan, si es que están hechos con conciencia de triple
impacto: ambiental, social y económica. Es decir, si son sostenibles tienen
mucha fuerza para producir el cambio de paradigma de la matriz de producción – consumo – posconsumo, y gestar
una sociedad inclusiva, capaz de favorecer oportunidades de desarrollo genuino
para sus miembros, y cuidar del ambiente que nos contiene, nuestra Casa Común.
Esto implica reconocer y aceptar que
los modelos de gestión de los recursos naturales hasta ahora aplicados, no
aseguran el desarrollo que vela por las capacidades de las generaciones futuras
para cubrir sus necesidades vitales. De persistir en este camino, la humanidad
entera llegará a estar en situación de NBI (Necesidades Básicas Insatisfechas).
Ese día, ¿se aplicará la ley del Titanic? ¿Se salvarán sólo los de la primera
clase? ¿Con qué derecho se decidirá sobre la vida de las personas? ¿Acaso no
estamos ya en esa realidad, cuando vemos que hay pueblos enteros viviendo en
situación de extrema pobreza?
No debemos ni podemos permitir que siga repitiéndose esa historia de fracasos globales como humanidad, al contrario, debemos ayudar a redescubrir las exigencias de la llamada universal a la participación responsable en la vida económica, política, social y ambiental para crear una situación presente y futura mejor. A propósito de ello, las realidades sobre las que nos cuestionamos al inicio de esta nota, no se aplican sólo a productores de gran escala, los llamados gigantes del mercado, sino que todos estamos llamados a ser conscientes de los impactos que generamos, y a darles carácter positivo en lo social, ambiental y económico, asegurando desde la actividad productiva de cada Emprendimiento el sostenimiento digno de la vida en todas sus dimensiones materiales y espirituales.
Sin embargo, nadie cambia por cambiar nomás, sino por el beneficio que descubre en la nueva situación que busca alcanzar. El Desarrollo Sostenible que buscamos implica la mejora de la calidad de vida de todos, ahora y para las generaciones futuras, lo cual se manifiesta en el triple beneficio que produce la implementación de buenas prácticas en cada uno de nuestros Emprendimientos.
Para cambiar y cualificar nuestras
prácticas empresariales hemos de diseñar y realizar emprendimientos con
conciencia de cuidado ambiental y de progreso social y económico. Algunos de los
múltiples beneficios que vienen aparejados al cambio de paradigma de
producción, consumo y posconsumo, son:
1. Beneficios
Ambientales: mediante
las prácticas reales de gestión de los residuos que todos producimos con el Modelo de Generación 3R
(Reducir/Reutilizar/Reciclar), hacemos uso racional de los recursos naturales y
artificiales, cuidamos y mejoramos el ambiente de trabajo y su entorno, y logramos
mayor higiene y salud, personal y ambiental. La mejora de la eficiencia
energética produce una merma de la contaminación ambiental y, aunque no lo
creamos, contribuimos a la solución del problema del cambio climático generado
por los gases de “efecto invernadero”.
2. Beneficios
Sociales: si entre
varios gestamos emprendimientos
asociativos, nos damos la posibilidad de tener un trabajo digno, en blanco y autogestionado,
practicamos la solidaridad entre los socios y sus familias, cuidamos la salud
personal y favorecemos que todos tengan asistencia médica, que se incluyan trabajadores
de acuerdo con sus necesidades más que según sus capacidades pasibles de
mejoras, aumentamos la seguridad laboral y social, y practicamos la cultura del
encuentro en y desde el trabajo.
3. Beneficios
Económicos: además de
las ganancias propias del negocio, generamos ahorro de recursos, posibilitan mejores
reinversiones si repartimos bien los beneficios, generamos ganancias genuinas, nos
facilitamos el acceso al crédito, trabajamos por el crecimiento sostenible del
emprendimiento asegurando el sustento económico personal y familiar. En lugar
de pelear con la competencia y perder en una guerra de precios, podemos trabajar
para ser más competitivos ofreciendo servicios que agreguen valor a nuestros
productos.
Necesitamos dejar de pensar que
nuestra actividad tiene sentido si sólo genera ganancias económicas. Es lícito
ganar dinero, además lo necesitamos, aunque no es el único beneficio que
debemos buscar, ya que hemos llegado a esta crisis socio-ambiental por la
avaricia de gobiernos y empresarios irresponsables que han generado riquezas
sólo para ellos y a costa de los muchos que excluyeron del mundo de las
posibilidades de progreso.
Trabajar procurando y teniendo en cuenta los tres beneficios arriba citados, es sinónimo de ser conscientes de tres cuestiones fundamentales para ser sustentables:
a) Los recursos naturales son limitados,
b) La población humana crece de manera exponencial y,
c) Todas las personas de todos los tiempos tenemos el mismo derecho de satisfacer nuestras necesidades sin ser perjudicados por los demás, ni perjudicar a nadie.
Teniendo
en cuenta estos tres aspectos aseguramos la supervivencia del emprendimiento,
es decir la sostenibilidad y productividad a lo largo del tiempo. A veces escuchamos
decir: me fue mal, me fundí, y es cierto,
pero eso no ocurre sólo por una causa ligada a un problema económico o
financiero, las causas sociales y ambientales del fracaso también existen,
aunque no se las quiera reconocer y asumir. Por ello es clave que el emprendimiento esté
pensado principalmente como una solución para los demás, y por añadidura lo
será con creces para nosotros, y más aún si es generador de valor para todos, incluido el ambiente por supuesto.
Esto es
propiamente crear valor generando recursos
genuinos, innovar siendo creativos y buscando producir sinergias, en lugar de perder
tiempo acentuando las diferencias y, ser
constantes en el crecimiento que, aunque sea lento, nos llevará a mejores
posiciones a largo plazo.
El ODS 1 de la Agenda 2030 de la ONU plantea:
La erradicación de la pobreza en todas sus formas y dimensiones es una condición indispensable para lograr el desarrollo sostenible. A tal fin, debe promoverse un crecimiento económico sostenible, inclusivo y equitativo, creando mayores oportunidades para todos, reduciendo las desigualdades, mejorando los niveles de vida básicos, fomentando el desarrollo social equitativo e inclusivo y promoviendo la ordenación integrada y sostenible de los recursos naturales y los ecosistemas.
En este cometido, los Emprendedores de
los llamados Micro Emprendimientos tenemos gran relevancia y protagonismo, por
la gran cantidad que somos, y por la gran calidad con la que podemos hacer las
cosas.
Es hora de poner en valor el gran valor
de nuestros emprendimientos sostenibles
Lic. Adrián Cervera | MBA – Coach Organizacional | cerveradrian@gmail.com