miércoles, 26 de junio de 2024

 Las Conversaciones de Coaching

Ningún crecimiento se da dentro de la caja de confort, sino cuando soy protagonista de mi cambio, y elijo poner en juego mis recursos, actualizarlos y buscar nuevos para crear la realidad que he decidido vivir.

Nada de eso sería posible sin cambiar mis creencias poniéndolas en clave de “abrir posibilidades”, y convertirlas en llaves de puertas que me den acceso a lo nuevo, y consolidarlas en las acciones que me acercan a los resultados deseados. 

El Coaching Ontológico Profesional nos da esa maravillosa perspectiva y, mediante las Conversaciones de Coaching, podemos poner en palabras nuestras creencias limitantes, cuestionarlas hasta desarmar sus falsos argumentos, identificar nuestras emociones y decodificar los mensajes de la realidad que nos traen para disponernos a accionar de manera funcional a nuestro bienestar, y gestionar nuestra corporalidad y energía para recrearnos en el lenguajear”.
Así, a partir de las palabras que expresan nuestro modo de ser y hacer, caminamos hacia ese mundo posible en el que habitan nuestros mejores deseos.

Lic. Adrián Cervera 

Coach Ontológico Profesional y MBA

jueves, 6 de junio de 2024

Vamos por más ventas por el mejor

Acceso a utilidades que potencian nuestro ser vendedores

Sí, leíste bien, es más ventas por el mejor, aunque sean por menor y/o por mayor. Dicha expresión, gramaticalmente no suena bien al oído o, al menos su uso no es común y, por no escucharla no reparamos en su sentido más profundo. Al ir por él, reflexionamos sobre el porqué de una de las mayores dificultades que tenemos en el contexto de nuestras relaciones comerciales, es decir en aquellas conversaciones que necesariamente debemos tener durante una venta, para lograr un intercambio económico que nos resulte favorable, y alcanzar la ganancia deseada.

No sé vender, me cuesta, no me gusta, no quiero hacerlo, nunca lo hice, me da vergüenza, son algunas de las formas más comunes para expresar las limitaciones, de suyo invalidantes, para hacer lo que no podemos dejar de hacer en todas las relaciones que tenemos: vender. Lo hacemos continuamente, aunque no siempre intercambiamos un valor económico en esa acción. El sentido más profundo de la venta está en el agregado de valor al que acceden ambas partes por el intercambio realizado.

 Vendedor y comprador + lo vendido y lo comprado

¿Quiénes son los sujetos y el/los objetos que constituyen y configuran la relación que llamamos venta? Por un lado, las dos o más personas (físicas o jurídicas), de las cuales una ofrece/vende algo mientras la otra busca/compra algo y, por otro, lo que una de ellas ofrece (lo vendido) y lo que la otra busca (lo comprado). Lo vendido y lo comprado no siempre coinciden ni se identifican en un objeto, y no sólo porque ambos no sean idénticos, sino porque el que vende y el que compra lo hacen desde distintas perspectivas sobre el mismo objeto.

Las mejores ventas se dan cuando hay mayor coincidencia en las interpretaciones. Sin acceso a ese mundo de interpretaciones en acción, aunque haya habido un intercambio de productos y/o servicios, no hubo una venta por la que se pueda disfrutar de haberla realizado. Tanto para el vendedor como para el comprador, sólo hay match y venta cuando el agregado de valor que se produce por el intercambio realizado los satisface según la medida que esperaban, de tal manera que más allá de la compra – venta tuvieron una experiencia humana enriquecedora. Cuando los vendedores no tienen desarrolladas sus actitudes y aptitudes para producir y ofrecer al cliente esa experiencia humana superadora, nadie se siente atraído para comprar de esa manera.

Los malos vendedores son fáciles de reconocer, basta recordar las múltiples malas experiencias que tuvimos al querer hacer una compra y recibir como respuesta una pésima atención o, simplemente una hermosa desatención. En esos casos nos atendieron personas que estaban obligadas a hacer un trabajo, y lo hicieron sin convicción, sin pasión y sin agregado de valor. No les interesó ni el cliente ni el producto, sino una ganancia ocasional.

 Vendedor – Producto – Comprador (Cliente)

Cuanto más se sepa de c/u de los protagonistas de la venta, habrá más y mejores posibilidades de hacer buenas ventas. Para saber de ellos, podemos preguntarle y preguntarnos:

¿Para qué quieres ser vendedor? Como ya vimos, en la vida todos somos vendedores y, serlo cada vez mejor requiere de un aprendizaje continuo, como todo en la vida. No siempre somos conscientes de que el cliente, más nos compra por nosotros y la atención que le dimos, que por nuestros productos/servicios. Nos vendemos a nosotros mismos y a los productos que comercializamos, de tal manera que la venta de productos/servicios siempre va aparejada a “la venta” de nosotros mismos.

 ¿Crees que la venta es lo tuyo? ¿Crees que luego de vender serás mejor?, ¿Serás más feliz por ello? Una forma de saber más de tus actitudes como vendedor es responderte a la pregunta: YO, ¿me compraría? Si la respuesta es sí, avancemos con el desarrollo de tus aptitudes para la venta, si es no, ¿cómo crees que los demás te comprarán lo que vendes? La desmotivación y la falta de convicción se harán notar más de lo que crees, y eso tiene como resultado la no venta.

 ¿Sabías, que vos sos el primer packaging del producto, el que protege al producto y el que lo hace atractivo antes de que lo vean al extraer los restantes envoltorios? ¿Sabías que sos la garantía del producto, más que la que da la empresa? De hecho, si alguien tiene que hacer un reclamo, te buscará primero a vos. El comercio electrónico y los modelos de negocios aplicados en los grandes centros comerciales han despersonalizado la venta, sin embargo el trasfondo de la misma sigue respondiendo a los parámetros arriba descriptos y, si de alguna manera no se respetan, las ventas caen. En la mayoría de los casos, los dueños y CEO´s para salvar las ventas acuden a la guerra de precios con la competencia, y/o al marketing (digital o analógico) para atraer clientes o, al cambio de productos para atender otros mercados, y no en la capacitación de sus vendedores para potenciar sus posibilidades más estructurales.

 Para pensar y decidir (accionar)

  • ¿Para qué formarlos (a los vendedores) si después se van? Entonces, prueba con la ignorancia y no reniegues de los resultados.
  • La capacitación es cara. ¿Calculaste cuál es el costo de no vender (= vender mal)?
  • El cliente compra porque tiene una necesidad. A partir de esa premisa, el vendedor y el producto/servicio deben ser LA solución para él. Por eso, es necesario conocer a fondo los productos que vendemos, y cómo son le solucionan la vida al cliente.
  • En muchos casos, el producto se vende a sí mismo, por lo tanto hay que confiar en lo que el producto dice de sí mismo. En ese caso la misión del vendedor es hacer hablar al producto y no opacarlo. Si el producto es bueno, confiar en él y en que el cliente también sabe buscar y encontrar cosas buenas.
  • En la venta los excesos tampoco la favorecen, por ejemplo un vendedor invasivo espanta clientes, al igual que un precio muy bajo. Ambos no inspiran confianza y alejan ventas.
  • La venta es una gestión de conversaciones: internas (pensamientos) y externa (pública). ¿Qué conversación interna tienes al iniciar una venta? ¿Cómo empiezas la venta (conversación pública)?
  • ¿Cuál es tu manera de agregar valor mientras vendes?
  • ¿Qué modificarías de tu actual manera de vender? O, ¿de comprar?

Lic. Adrián Cervera 

sábado, 20 de abril de 2024

Las mejores personas crean las mejores empresas

En las empresas del mundo y en el mundo de las empresas, a menudo se oculta una joya desconocida: la posibilidad de encontrar una mejor empresa dentro de la propia organización.

Este juicio no solo se refiere a la optimización de procesos y/o estructuras, sino principalmente a la potenciación del talento humano. En ese contexto el coaching ontológico profesional emerge como una herramienta poderosa para desenterrar esta realidad oculta, permitiendo a individuos y equipos descubrir su máximo potencial emprendedor.

Desde mi experiencia puedo afirmar que a medida que se adentran en el proceso de coaching, tanto empresas como individuos comienzan a descubrir las capas ocultas de habilidades, pasiones y recursos que estaban latentes en su ser y hacer. Se trata de una exploración profunda de su identidad y propósito, que va más allá de las tareas diarias o los roles asignados. En este punto, la idea de una mejor empresa dentro de la organización se expande para abarcar no solo el rendimiento económico, sino también el crecimiento personal y el impacto sostenible (económico, social y ambiental) en la comunidad.

Como sabemos, el viaje del coaching ontológico profesional (desplazamiento ontológico, al decir de R. Echevarría) lleva a una transformación completa, donde la empresa y las personas se fusionan en una entidad más consciente, ágil y conectada con su entorno. Así se construye una cultura de innovación, aprendizaje continuo y colaboración, donde cada individuo se siente inspirado y capacitado para contribuir con su mejor versión. Así, la búsqueda de una mejor empresa dentro de la propia se convierte en un viaje de autodescubrimiento y desarrollo integral, en el que el éxito empresarial y personal se entrelazan de manera inseparable.

Los Coaches somos nuestra propia empresa, y dentro nuestro no habita solo una mejor empresa sino siempre un mejor coach, capaz de desafiar al tejido empresarial y organizacional a ser creadores de una mejor humanidad.

Los contextos sociales, organizacionales y/o empresariales (como los queramos ver e interpretar) están ávidos de nosotros, porque la joya desconocida que son y los habita les exige: quiero ser más, necesito desentrañar mi mejor versión, no puedo no ser mejor.

Adrián Cervera