Cuando liderar no es tener todas las respuestas, sino hacerse las preguntas correctas
Los líderes que inspiran, los
empresarios que crecen con su gente (y no a pesar de ella), no son los que
niegan los problemas ni los que buscan culpables afuera. Son los que, frente a
una dificultad, se atreven a:
Ø Sentir y
aceptar lo que les pasa
Ø Identificar
las posibles causas
Ø Nombrar con
claridad lo que sucede
Ø Contextualizar
el problema sin aislarlo del sistema
Ø Y, si hace falta, pedir ayuda para avanzar
Estos pasos no se pueden dar desde
el ego o el papel de víctima. Requieren humildad, visión sistémica y coraje
emocional.
Frases como “nadie sabe hacer
bien las cosas” o “todo lo tengo que hacer yo” pueden sonar a
desahogo, pero también revelan una trampa: la de quedarse esperando que otros
construyan el contexto ideal para que uno finalmente “pueda” hacer lo que vino
a hacer. Ese contexto perfecto no existe. Existe este mundo, el real, el que
cocreamos cada día con decisiones conscientes o no.
Los empresarios que crecen en
profundidad —no solo en rentabilidad— saben que los síntomas visibles (rotación
de personal, baja productividad, conflictos internos) son señales de algo más
profundo. Aceptar, contextualizar y mirar el sistema completo es el inicio
de cualquier transformación genuina.
Porque al final del día, cada
persona es también su historia, su entorno, su red de relaciones. Y ninguna
empresa crece si quienes la integran deben dejar “afuera” lo que les pasa
adentro.
Como Coach Organizacional y Consultor,
acompaño a líderes que quieren crecer de verdad, con visión integral,
conciencia social y vínculos sanos. Porque el desarrollo sostenible también
empieza por casa: en el liderazgo consciente y sostenible.
🔹 ¿Sentís que hay algo que tu
empresa te está queriendo mostrar y aún no lográs identificar?
🔹 ¿Querés
trabajar en un liderazgo más humano, sistémico y transformador?
No hay comentarios:
Publicar un comentario